Cerca del mar, en una pequeña isla del Caribe, habitaba una colonia de gaviotas en las blancas rocas de un hermoso cerro. La componían unas 40 gaviotas y entre ellas había una pequeña que lucía alas con bordes dorados llamada Altamira.
Las gaviotas de esta colonia se destacaban por tener un trabajo armonioso al volar. Se formaban en “V” para salir a pescar unidas, para hacer vuelos acrobáticos y regresar juntas al atardecer donde su gaviota líder, Horizonte. Alrededor de la mayor de las gaviotas y líder del grupo se posaban todas las gaviotas sobre las rocas, para escuchar las costumbres y memorias de la comunidad.
—La costumbre más destacada de esta comunidad ha sido decir siempre la verdad —dijo Horizonte—. La verdad genera confianza, da seguridad, aumenta el respeto y ayuda a ejecutar bien todas las tareas satisfaciendo las necesidades de la comunidad. Esta es la recomendación especial que deben recibir en el día de hoy.
Altamira, la pequeña de la colonia, empezó a hacer preguntas, pues quería conocer mucho más acerca de las costumbres y tradiciones de sus antepasados.
— ¿Por qué tenemos que volar en formación, siempre unidas y debemos pescar siempre tan cerca unas de las otras?
Horizonte respondió con su tradicional sabiduría:...
José Horacio Correa
Jaramillo.
El Señor Oso
El Señor Oso