Qué felices se ponen nuestros corazones cuando escuchamos una melodiosa interpretación musical. Pareciera que nuestras almas despertaran con sentimientos plácidos y fomentadores de pensamientos nobles y buenos, que contribuyen a construir un mundo de bien para todas las personas y nos animan a tratar con respeto y alegría a niños, jóvenes y ancianos.
Existía en el lejano valle de Tinaja de Piedra, al sur de Trocadera, un interesante oso de anteojos llamado Victorino. Este oso tenía arraigada en sus costumbres familiares principios nobles para hacer el bien a todos los animales que le rodeaban. Era servicial, escuchaba con atención a todos sus coterráneos sin hacer críticas a sus apreciaciones y sumaba siempre posiciones positivas de bien actuar con sus propias opiniones y comentarios.
Era un personaje sencillo y respetuoso. Tenía un don musical muy especial otorgado por Dios, el cual se manifestaba en la interpretación de su guitarra. Esta era elaborada en madera sencilla pero muy sonora y se la había regalado una de sus tías osas, quien le había descubierto su talento y su aptitud musical desde que era un pequeño osezno.
La dedicación desde muy temprana edad a su guitarra, ayudó a que esta se viera como una dulce y melódica herramienta que facilitaba y generaba nuevas amistades, atrayendo...
José Horacio Correa
Jaramillo.
El Señor Oso
El Señor Oso
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